“Un estilo y una imaginación como los de Levrero son raros en la literatura escrita en español.”
— Antonio Muñoz Molina
“El hombre que jamás murió.”
— Germán Beloso, Arcadia
“Mario Levrero es un genio.”
— Enrique Fogwill.
“Mario Levrero es para las letras latinoamericanas el gran descubrimiento de este siglo.”
— Revista Eñe, diario Clarín
Entrevista imaginaria con Mario Levrero
por Mario Levrero
En los procesos creativos de Mario Levrero se evidencia su capacidad de ver la oscuridad sin perder la luz.
El taxi del aeropuerto me dejó en Bartolomé Mitre 1376. Tuve que respirar profundamente una y otra vez ante el momento que tantas veces construí en mi imaginación. Era una radiante tarde de octubre. Estaba de vuelta en Montevideo después de tantos años, y estaba frente al severo portón de hierro y vidrio del edificio donde tenía su apartamento Mario Levrero. Sobre la acera dejé descansar mi maleta con sus estridentes tonos rojos, que se disparaban del paisaje en marrones, grises, azules y negros. Contemplé otro rato más el umbral que habría de atravesar. La revelación me había llegado al decidir el viaje…
“Se podría arriesgar que el nombre de Levrero compone hoy, junto al de Fogwill y al de Roberto Bolaño, una suerte de canon involuntario latinoamericano de comienzos de siglo.”
— Maximiliano Tomas
“Levrero es el reverso corriente de Kafka, una sombra manoseada de Camus en clave cómica.”
— Babelia, El País
“(…) Su lectura nos introduce en una experiencia del orden de lo irreversible, salimos de la lectura y encontramos otra realidad, por el simple hecho de que algo en nosotros ha cambiado, de que nuestra mirada ya no es la misma.”
— Germán Beloso, Arcadia
“Todos somos hijos suyos.”
— Álvaro Enrique
¿QUIÉN ES MARIO LEVRERO?
Su nombre real era Jorge Mario Varlotta Levrero y desde su muerte, en 2004, sus lectores se multiplicaron. Obras críticas y el rescate de los más increíbles papeles privados son testimonio de un fanatismo en aumento. Vivió últimos sus años en un departamento con vista a la Plaza Independencia, donde realizaba sus talleres, y donde fue “abducido” por la computadora…